viernes, 12 de agosto de 2011

Capítulo 4. Inglaterra, hemos llegado.

Me quedé parada, sólo abrí la esquina, pero yo sabía que era. 
Era el disco de rubber soul, el que tenía muchísimas ganas de tener.

 Elisa: Mmm, perdona que te corte el rollo, pero, ¿qué es?
 Tú: Es un LP de los beatles.
 Elisa: Bueno en cuanto llegamos lo ponemos, ¿no?
 Tú: Sí, olle, no se cómo no te gusta ninguno en particular.- C¬¬ pensando: mientras no le guste Paul.
 Elisa: Son feos,
 Tú: No.
 Elisa: Sí.
 Tú: No
 Elisa: Sí.
 Tú: No!
Por un momento sentí que todos me miraban.
 Tú: No me digas que Paul es feo, ¡Dios!
 Elisa: Bueno..., pero si me gustara Paul, de todas formas no lo soportarías. ¬¬
 Tú: Mujer, es que ese está cogido, a demás te quedan tres.
 Elisa: ¿Me dejas el disco?
Empezó a poner el dedo, en la cara de cada uno de ellos.
 Tú: ¿Y...?
 Elisa: Mmm, de donde estará hecha la foto.
 Tú: ¡Ni idea, dime ¿Te gusta John, en?
 Elisa: ¡Nooo!
 Tú: ¡Ahh! ¡Georgee!
 Elisa: ¡Nooooo!
 Tú: ¿Y paaaaul?
 Elisa: ¡Noooooooooooo, nooo, y no!
 Tú: Pues Ringo, din duda.
Elisa, se puso como un tomate, le quite el disco de las mano, lo abraze, y me dormí un poco.

 Elisa: Mmm, ¡llegamos!
 Tú: No grites, dijiste que no ejercerías de madre.
 Elisa: No tienes remedio, y eso que eres un año mayor que yo.

Bajamos del avión, y fuimos a una terraza, de la que hay en el aeropuerto.
 Elisa: ¿que buscas?
 Tú: ¡Calla!
Me puse en la terraza en plan titanic, con las manos abiertas, y subida sobre la barandilla para quedar más alta, y se me olvidó que tenía vértigo.
En ésto que saco, una cartulina, dibujada, que ponía, "Sois los mejores, os aaaamoooo"
 Elisa: ¿Qué haces, si se puede saber?
 Tú: Me hubiera encantado hacer eso, pero como no estaba en Inglaterra, pues lo hago ahora.
 Elisa: Claaaro, pero que pena, que los Beatles, no estén ¿No?
 Tú: ¡Shhhh!, Ellos están en todos lados, a donde vaya, en mi cabeza, en mi corazón.
 Elisa: Verás cuando los vea.
 Tú: ¿Qué?
 Elisa: Se van a enterar por a ver hecho que estés loooca.
 Tú: Déjalos, su encanto es... único, no tienen la culpa de nada.

Me bajé de la barandilla, y empezamos a nadar, escaleras a bajo, hasta la entrada del aeropuerto.

Hola, espero que les haya gustado algo más, mientras tanto, sigo escribiendo, mm, ya queda poco para que salgais chicas.


 



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